Un estudio realizado recientemente por la Universidad de Vrije, en Amsterdam - Bruselas, revela que largos períodos de confinamiento pueden tener consecuencias muy graves, como estrés psicológico, síndrome de pánico y trauma.
Se estima que al menos 2.600 millones de personas han sido sometidas a algún tipo de cuarentena que comenzó en marzo de 2020. Esto representa un tercio de la población mundial.
La cuarentena nos enseña cómo el ser humano es resistente y logra reinventarse y recrearse. Tenemos la creatividad para convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos, independientemente de la difícil situación en la que nos encontremos.
¿Podemos desarrollar trastornos de estrés postraumático, como vemos en las guerras?
Sí. Estamos en un nivel de estrés muy alto.
Las personas que trabajan en el campo de la salud están en primera línea.
Luego están aquellos con familiares afectados o que murieron a causa de Covid-19. Hay mujeres locas con niños pequeños en casa y también jóvenes o adultos que no pueden soportar el encierro.
¿Qué síntomas sirven como señal de advertencia?
Sentirse muy ansioso, sentir presión en el pecho, falta de aliento, no dormir bien, estar más irritable o estar muy emocional.
Es importante explicar que estas reacciones son normales cuando el cuerpo y el cerebro se están adaptando a una nueva realidad, como cambiar de trabajo, un matrimonio o el nacimiento de un hijo. Pero cuando la persona no puede funcionar normalmente en su rutina, aquí es donde debemos preocuparnos y buscar ayuda o apoyo profesional.
¿Por qué es importante prestar atención a los síntomas psicológicos en este momento?
Para recuperar la economía y prosperar nuevamente como sociedad, necesitamos que las personas se sientan bien y puedan reanudar sus vidas sin estrés o agotamiento emocional.
Si no nos ocupamos de este estrés tóxico, la economía tardará mucho más en volver a funcionar. El bienestar del mundo depende de cada uno de nosotros.
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